El espejo

“El hombre quiere ser confirmado en su ser por el hombre, y desea presencia del ser del otro…secreta y turbadamente espera un sí que le permita ser y que pueda llegar a él sólo de persona a persona”
Martín Buber


La frase me hace pensar en: Me imagino tal como me percibes porque me he visto en tú espejo. La que pudiera ser la expresión de alguien consciente del efecto del otro. O lo que es lo mismo: Mis impresiones sobre mi se van acrecentando en los contactos con el otro.

Y es que desde la niñez el yo se construye en la interacción con el adulto. Los padres y personas significativas constituyen un espejo psicológico.

El niño va construyendo su propia identidad mediante las interacciones, por las muchas impresiones y sensaciones adquiridas a través de los sentidos, y por el mundo.

También aprende su propio nombre y con este el símbolo, se permite pensar en sí mismo separado de los demás.

Ahora puede hablar de sí mismo: “Ana contenta” “Ana salta” y también se compara” “Yo más grande que José” y ubica en tiempo “Ana no se va ahora”

Identificación

“…Dime tú nombre el que te llamaban allí tú madre y tú padre y los demás, los que viven cerca de ti. Pues ninguno de los hombres carece completamente de nombre, ni el hombre de pueblo, ni el noble una vez que ha nacido. Antes bien, a todos se los ponen sus padres una vez que han dado a luz” (Homero, La Odisea, Canto VIII)

El niño esperado por sus padres antes de nacer desde sus deseos presagian cómo va a ser y en esto también tiene que ver la elección del nombre propio (ejemplo: Se llamará Julia, como su abuela, que era tan inteligente, tan buena persona)

El nombre nos permite identificarnos, reconocernos, diferenciarnos, tiene importancia para saberse uno. Guarda relación intima con nuestro ser, ejerce una influencia sobre nuestra personalidad.

El nombre nos liga a nuestros padres y los motivos que ellos tuvieron para escogerlo. Cuando nos apoderamos del nombre podemos llegar a asumir el guión asociado a el, o desempeñarnos según la fantasía, el conocimiento, o el significado que tengamos respecto a el.



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2 comentarios:

    Anónimo dijo...

    Buenas noches, excelentes tus palabras..... Ciertamente la vida nos marca el camino, nuestros nombres e icluyo los apellidos nos dicen mucho.
    Mi nombre es fuerte, cargado de fortaleza y decisión, es el reflejo de mi yo interno, aunque muchas veces ante la adversidad cercana me derrumbo e inmediatamente me llamo a la reflexión... pienso y me digo... ¿qué tienes? ¿qué te perturba?.... Lo pienso desde lo más profundo y me levanto con más fortaleza, mi nombre va intimamente ligado a mi apellido.... siempre.
    Hasta tengo amigos y mi propio esposo me los dice seguiditos, ¿será algo que les gusta??? um.... a mi me suena precioso (no me vayan a tildar de vanidosa, pero me encanta).
    Y éstas palabras tan explicativas y cargadas de enseñanza me han venido como anillo al dedo.
    Mil Gracias Zafiro, mis respetos.

  1. ... on 12 de septiembre de 2007, 17:25  
  2. AdriMT dijo...

    Que hermoso artículo!
    La identidad es como una semilla, llena de promesas, esperanzas, sueños que germina según va pasando la vida.
    Cuando tienes el privilegio de ver crecer a una persona con sus virtudes y defectos, aciertos y desaciertos, ensayos y errores y ves florecer su identidad, es realmente un privilegio.
    Gracias Zafiro

  3. ... on 15 de septiembre de 2007, 15:09